¿Por qué fallamos tanto en el amor? ¿Por
qué tanta gente elige la persona equivocada o se enfrasca en relaciones tan
peligrosas como irracionales? ¿Por qué nos resignamos a tener relaciones
dolorosas? Creemos que el amor es infalible y olvidamos algo elemental para la
supervivencia amorosa: no todas las propuestas afectivas son convenientes para
nuestro bienestar. Nos guste o no, algunas maneras de amar son francamente
insoportables y agotadoras, así tengamos instinto masoquista y vocación de
servicio.
[…]
Se nos ha insinuado que hay que aceptar a la pareja
tal y como es, y que no es conveniente pedirle que haga cosas que “no le nacen”
o que no quiera hacer; es decir, que hay una esencia que debe acatarse por
respeto al otro. En esto hay acuerdo, pero también hay condiciones. Yo diría:
aceptar el modo de ser de la pareja, siempre y cuando no tengamos que
inmolarnos psicológicamente en el intento. Te acepto como eres, si esto no
implica autodestruirme por hacerte feliz, porque si tu felicidad es
inversamente proporcional a la mía, algo está funcionando mal entre nosotros.
Frente a una incompatibilidad de raíz, la voluntad y las buenas intenciones no
suelen ser suficientes para resolver el problema. ¿Cómo sostener una relación
sana y apacible con alguien que se cree especial y único y sólo es capaz de
quererse a sí mismo? ¿Cómo lograr una relación siquiera decorosa con quien te
considera una persona desechable o con alguien cuyos sentimientos hacia ti
oscilan constantemente entre el amor y el odio? ¿Cómo sobrevivir a un amor
hostigante que no te deja respirar o a un amor subversivo y ambivalente que no
puede vivir “ni contigo ni sin ti”? ¿Cómo mantener una relación recíproca y
cariñosa cuando tu pareja te impide expresar afecto? ¿Cómo vivir el amor en paz
con alguien que te controla porque cree que eres un ser inútil e incapaz? ¿Te
entregarías en cuerpo y alma a quien te considera un enemigo potencial y se
arrepiente de amarte cada día de su vida? ¿Seguirías con una persona infiel que
no es capaz de dejar su amante? ¡Hay tantos mártires venerados por la cultura
del amor incondicional!
Es innegable que no todos tenemos la misma concepción
sobre lo que debe ser una buena relación de pareja. Hay quienes consideran que
un vínculo basado en el amor es para toda la vida y, en consecuencia, no habrá
límites para la tolerancia. Y están los que piensan que no es necesario morir
con las botas puestas y que el amor nada tiene que ver con aguantar la irracionalidad
y la patología del otro. Cada quien decide qué hacer y hasta dónde llegar, de
acuerdo con su visión del mundo y sus creencias. No obstante, podemos llegar a un
acuerdo sobre lo fundamental: una relación bien establecida será aquella en que
ambos se encuentran satisfechos, pueden realizar sus proyectos de vida y no ven
pisoteados sus derechos. Pero insisto: ambos.
[…]
Riso, Walter (2012). Amores altamente peligrosos.
Ciudad de México: Editorial Océano. pp. 13-16.
Introducción disponible en http://www.walter-riso.com/files/capitulos/AMORES%20ALTAMENTE%20PELIGROSOS....pdf
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